El retrato ha sido un tema de interés a lo largo de la historia del Arte. Yo decidí valerme de él para atestiguar la gran fascinación que me causa el paso del tiempo y cómo este permea nuestra corporeidad, particularmente al rostro. Me autorretraté y retraté a quienes me rodean, quienes han marcado ese patrón del tiempo para mí. El tiempo también permeó un trabajo de archivo que venía realizando con mis procesos de desarrollo desde la gráfica.

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Formalmente es el grabado el medio en el que aterrizo lo anterior, un grabado que apuesta a otros territorios, a dejar esa mirada de las dos dimensiones y abordarlo desde otras materialidades que permiten dar un hábitat a la imagen y no solo un soporte. Estas materialidades dan cuenta de lo pesado que puede llegar a ser el diálogo que establecen estos retratos al instaurarse uno detrás de otro, al tratar de moldear las diferentes temporalidades que los constituyen en un solo lugar.